sábado, 21 de mayo de 2011

Respondiendo a La estrategia del Avestruz

Este texto es en respuesta al artículo La estrategia del Avestruz.

Para que entiendas a tu amigo el funcionario:
Si no llego a leer tu artículo "La libertad de los presos políticos en Cuba" posiblemente tomaría la misma posición de tu amigo funcionario. Con ese artículo te ganaste el derecho a hablarme de este tema "que es de los que me duele".
Contigo comento este tema, me autocritico y te rectifico según mis criterios según sean algunos de tus planteamientos. Con un "extranjero" a secas me armo de la armadura tradicional de que cualquiera de esos ancianos tiene garantizado techo, comida y atención médica. Tomo la lanza de ¿en tu país es así hasta para el último anciano? y "a la batalla".
Los cubanos hemos tenido que poner dos niveles de crítica por una sencilla razón. Si nos autocriticamos diciendo que tenemos catarro, la prensa mundial nos fabrica un eco de que una epidemia de tuberculosis inunda la isla. Si llenamos los más recónditos parajes del mundo de médicos, el eco se desforma en que son miembros de la seguridad del estado cubano y los que no, desertan para irse a Estados Unidos. De ahí que un nivel de crítica lo usemos para la prensa y otro nuestros debates internos en los barrios, en los centros de trabajo, en las escuelas, en las colas, en las guaguas, y no en los baños por la mala limpieza que tienen los públicos.

Sobre mi criterio de tus planteamientos:
Tu artículo está muy bueno para los que conocen la realidad cubana. Yo lo quiero en el Granma (salvando las cosas en que no coincido claro está). Sin embargo, fuera de las fronteras de Cuba el que lo lee no puede concebir que esos viejitos que trabajan en tan precarias situaciones tengan garantizado techo, comida y servicios médicos (mínimos, es verdad). Por tu descripción son asociados con los que existen en otros países que dependen de ese trabajito para amanecer mañana, no para mejorar un tanto su situación económica. Te faltó hablar de las cafeterías estatales que en horario de almuerzo y comida solo sirven alimentos gratuitos o a precios irrisorios para estas personas, o de los comedores de escuelas y centros de trabajo que tienen asignados a muchos de ellos para que coman gratis. Esos datos servirían para que el que no conoce la realidad cubana se llevara una imagen más real.
Respecto a los trabajos por cuenta propia, citas precisamente uno de los que más conozco, los barberos (los que cortan pelo). Tengo familia en el ramo y te puedo garantizar que en efecto son de los que más ganancias tienen, no digo que cómo un médico o un profesor, sino que mucho más que estos (también tengo familia en esos ramos). Por cierto si a mi familiar le preguntas si sus impuestos son altos te va a decir: altos no, altísimos. Estoy casi seguro que Bill Gates maneja el mismo criterio respecto a los propios.
"Los galenos reciben decenas de "regalos" de sus pacientes", aquí me parece que eres tú el que te vas tras una "falsa verdad". Los médicos puede que reciban muchos regalos, pero de ahí a que esto les cubra de sus bajos salarios hay un trecho realmente insalvable. Por otra parte, estoy casi seguro de que la intensión del comentario era llamar la atención sobre que tu artículo justo detrás de la defensa de los jubilados venía defendiendo las ganancias de los cuenta propistas. A muchos cubanos nos molesta seriamente que la prensa mundial defienda tanto las ganancias de los cuenta propistas, cuando las ganancias de los médicos y otros profesionales es mucho menos que la de ellos.
La posición de que esos ancianos dieron su vida y se sacrificaron para que ahora le digan que su pensión no vale casi nada sinceramente no me gusta. Muchos podrían repostar que si su pensión ahora no vale se debe a ellos precisamente, que es su generación la que nos ha puesto así. Sin embargo tampoco sería justo.
En mi criterio se merecen toda la consideración que les profesas y mientras más pueda darles, más les doy y más les daré. Ellos me entregaron la Cuba que tengo y de la cual me siento más que orgulloso. Ellos me entregaron la Cuba que tengo llena de problemas que, al igual que hicieron ellos, le toca a mi generación procurar arreglar. Ellos me enseñaron que a los ancianos hay que brindarles todas las condiciones para vivir dignamente, crearon asilos de ancianos, casas de abuelos y otras ideas. Por situaciones externas a Cuba y por situaciones muy internas de Cuba, esos logros no han llegado a todo lo que queremos que lleguen, pero seguiremos trabajando en función de perfeccionarlos o hacerlos funcionar según sea el caso.
Te repito: yo quiero y voto por ese tema como un tema imprescindible EN NUESTRA SOCIEDAD y aspiro que algún día todos los países del mundo puedan hacerlo suyo también, cuando logren llegar al nivel de garantizarles lo que ya nosotros le garantizamos.

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